El Club deportivo (1er Set)

Publicado: por Kordo en Etiquetas:
5

Era muy jovencito cuando, cada domingo, acudía junto a mis padres y hermanos a un terreno que teníamos en una urbanización en la montaña. Allí pasábamos el día con la familia, los animales que allí teníamos, en verano nos bañábamos en la piscina de plástico que montábamos, y corríamos montaña arriba y abajo en busca de animales raros y, sobretodo, de algún jabalí de los que allí mucho abundaban.


Un día de aquellos, en mi afán de ir más lejos y descubrir más trozo de bosque, llegué hasta una zona donde se abrió ante mi un vista maravillosa. Allá abajo, en un inmenso claro en mitad del bosque, había un enorme complejo de pistas de tenis, futbol, baloncesto, etc.
La boca se me hacía agua, ya que por aquel entonces, como muchos jóvenes de mi edad, el deporte era mi forma de vida y yo, personalmente, no le hacía ascos a nada, por lo que aquella visión se me presentó como el paraíso.
Evidentemente, aquel club no era de 'puertas abiertas', sinó un club con sus socios y clientes que, según me comentó mi padre más tarde cuando se lo conté, pertenecía a la urbanización vecina, no a la nuestra.


Quiso el destino que, muchos años más tarde, tuviese que volver a aquella urbanización vecina y pasar por la puerta de aquel club. Pero la impresión que me llevé fue totalmente distinta de la que tuve aquel día hace tantos años.
Lo que entonces era un cuidado club repleto de gente haciendo las más distintas actividades que permitía el lugar, se había convertido en una enorme planicie gris, invadida por la vegetación y sin un alma por sus diversas pistas deportivas. ¿Qué había pasado allí?
Me adentré en busca de respuestas...


Los vestuarios estaban impolutos. Salvo algún pequeño detalle fuera de lugar, todo permanecía como si al día siguiente fuesen a abrir de nuevo.




Incluso en esta taquilla, su propietario aún guarda la botella de agua y las zapatillas para su próximo partido de tenis.


El vestuario de mujeres, como se puede apreciar, era un poco más grande que el de hombres.




Y después de cambiarnos saltamos a las pistas.




El pequeño rinconcito donde tenían la tierra batida para las pistas de tenis.



En un cuarto cercano encontré guardada la máquina con la que se marcan las líneas de cal en los campos de futbol, etc...




Detalle general de las pistas rápidas de tenis, con la de fútbol sala al fondo.



La pista de frontón se mostraba impecable.


Salvo las porterías, la pista de fútbol sala estaba como para jugar un partido en ese mismo momento.



Y la de baloncesto más o menos lo mismo. Salvo la red de las canastas, todo invitaba a echar unos tiros.


Sin embargo, la pista de voleibol y la de fútbol campo habían conocido días mejores. Al estar ubicados en terreno natural, la vegetación y los jabalís buscando raíces, habían dejado todo aquello impracticable.


Debido a la enorme variedad de instalaciones y actividades que presentaba el lugar, he decidido hacer este reportaje en varias entregas. De esta manera no se carga demasiado la entrada con innumerables fotografías que podrían llegar a cansar, y por otro lado a mi me resulta más fácil a la hora de ir seleccionando y comentando dichas fotografías.

Hasta el próximo Set!